Este cuarto capítulo aborda la relación entre objetos y mundos, deteniéndonos en tres en particular: los espejos, las brújulas y los relojes.
La antropología tiene mucho para decir acerca de lo que llamamos "cultura material": la relación entre humanos, no-humanos y objetos abarca varias bibliotecas, por lo cual elegimos hacer foco en un aspecto de esa relación: ¿qué mundos percibimos a través de o junto con ciertos artefactos?
Para pensar en esa cuestión los invitamos a rastrear distintas brújulas, espejos y relojes en la literatura: el aletiómetro de Phillip Pullman, los relojes en la obra de Lewis Carroll o los espejos portales en Michael Ende y Kai Meyer. Hablaremos, además, Julio Cortazar, James Barrie, J. K. Rowling, entre otros.
Las brújulas nos orientan en un mundo-espacio, si confiamos en ellas. Los relojes nos enmarcan en el tiempo, recordándonos nuestra mortalidad. Atravesamos y somos atravesados por los espejos, que nos transportan y dialogan cacofónicamente con quienes podríamos llegar a ser. ¿Qué relaciones establecemos con los objetos? ¿Qué relaciones establecen los objetos con nosotres? ¿Cómo encastramos el deseo, el destino, la verdad, en las piezas que los componen?