
Todo inicio tiene un final, y bien se sabe con los decretos, al final del día nadie puede ocultarlos, y para bien o para mal, es un cruce entre la unión o la pérdida total. Nadie sabe que puede pasar cuando algo sale a la luz; y mucho menos cuando se trata de algo doloroso que puede ser crucial para ambas partes.
Aunque sea pequeño o irrelevante, siempre estarán presentes empujándote a la orilla de un balcón para que la mente y tu mente puedan estar tranquilos. Si bien todos tenemos secretos, no todos podemos correr con la misma suerte de poder salir victoriosos de esa, y en su lugar obtenemos una gran enseñanzas, aprender a lo que nos enfrentemos cuando esos secretos sean revelados, ya sea por uno mismo o por otras personas que no contarías.
Cada quien puede analizar y hacer o deshacer lo que quiera con los secretos, aveces son cruciales para poder mantener la unión de algo que es vital para una persona, pero siempre estaremos en ese juego del ajedrez: siempre habrá una pieza perdida, misma que puede desafiar y ser traidora para provocar ruptura.