
Todos apreciamos donde habitamos porque es un lugar de comodidad y seguridad, pero debemos de asegurarnos que es el lugar donde Dios quiere que moremos, porque entonces estaremos dentro de su voluntad y obtendremos su bendición; este es el caso del pueblo de Dios, el cual tendrá que tomar decisiones complejas para habitar donde Dios quiere que vivan, algunos dentro de la ciudad de Jerusalen y otros fuera.