
Nada vivo permanece igual.
Cada célula, cada músculo, cada pensamiento está en diálogo constante con el cambio.
El cuerpo no busca resistirlo: lo usa, lo transforma, lo vuelve su camino.
En esta cápsula exploramos la plasticidad —neural, muscular, epigenética— y la teoría del estrés de Hans Selye, junto con las ideas de Gilbert Simondon, para entender que entrenar no es mantener una forma, sino aprender a reinventarla.
La adaptación no es un accidente: es la forma más inteligente de seguir siendo.
Y quizás la verdadera fuerza no esté en conservar, sino en cambiar con sentido.