
La historia del profeta Jonás, que huyendo de un designio divino terminó tres días y tres noches al interior de una ballena, podría asimilarse a una metáfora sobre el descubrimiento y la revelación.
Sin designio divino alguno y sin necesidad de huir, Humberto de La Calle se adentró voluntariamente en una suerte de ballena, un territorio familiar en apariencia, pero desconocido en sus formas internas: el Senado de la República de Colombia.
De La Calle comparte con Octavio sus vivencias actuales en el Congreso y establece conexiones con sus experiencias previas en este lugar, llevándonos por una carretera que iniciaba en 1991, y que ha día de hoy ha cambiado pero continúa teniendo algunos aspectos por mejorar.