Según una propia encuesta, a casi todo el mundo le agarra desesperación por la comida después de inhalar cannabis. Está claro que después de “estoy re loco”, “qué hambre que tengo” es la frase que más se suele decir después de fumar un charuto. Y esto es porque pareciera haber una relación muy estrecha entre el cannabis y nuestro sistema endocanabinoide.
Pero… ¿qué sucede exactamente entre el cannabis y nuestro cuerpo? ¿Qué tipo de interacción desencadena esa voracidad desenfrenada de comer atolondradamente? ¿Por qué algunos prefieren un bajón dulce y otros salado? ¿qué pasa exactamente en nuestro cerebro para que demande uno u otro tipo de comida? ¿Es saludable bajonear cada vez que fumamos? ¿Cómo podemos hacer para evitar el bajón? ¿Se puede aprovechar el munchies para pacientes con trastornos alimenticios? Y la última… ¿por qué comer nos genera tanto placer?
Si vos también te estás haciendo estas preguntas, prendete a Charuto y desayunate todas las dudas, que este menú lo servimos para vos.