Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y sobrebia... Seguro has escuchado de estos pecaditos, y hasta les has pegado con enjundia en las piñatas decembrinas. Pero ¿no hay peores pecados? ¿Qué los hace tan distintos? Novelas como "Orgullo y Prejuicio" de Jane Austen, centralizan al orgullo o soberbia en la vida terrenal. La lujuria es el motivo de los poemas de un joven Rimbaud y la
avaricia se lleva las palmas en "El Proceso" de Franz Kafka. Estos últimos años estos pecadillos han dado pie a películas como "Se7en", un anime y un manga que se titulan justo “Los 7 pecados capitales”, el videojuego "Dante’s Inferno" y hasta el primer capítulo de la tercera temporada de la longeva serie "Supernatural". Parece que estos pecados se encuentran en todos lados, en todos los días; su numeración, no fue más que un pretexto para abrir la puerta, tal vez no de la ruptura moral, como los santos temían, sino de la creatividad que desnuda eso que ya somos y ya vemos.