
A veces no estamos tristes, solo desconectados.
Cuando todo se siente plano —ni entusiasmo, ni curiosidad, ni deseo— no es falta de motivación: es un cuerpo y una mente que entraron en modo ahorro.
En este episodio hablamos de lo que pasa cuando te apagás sin darte cuenta, por qué tu sistema nervioso lo hace para protegerte, y cómo empezar a reconectarte sin forzarte a “ser feliz”.
Volver a tener hambre de vida no es un acto de impulso.
Es un proceso de volver a sentir, registrar y elegir con intención.
📍Seguí la conversación en Instagram: @julicadavid_
🌐 Más reflexiones en www.comerpensaramar.com