
En lo más profundo de nuestro ser habita una semilla silenciosa: la certeza de que merecemos existir, ser amadas y valoradas simplemente por ser. Esa semilla se siembra en los primeros años de vida, cuando el mundo que nos rodea comienza a decirnos —con palabras, gestos o silencios— quiénes somos y cuánto valemos.
La primera infancia es el terreno fértil donde se forman las raíces de la autoestima. Aquí aprendemos, muchas veces sin darnos cuenta, si nuestro llanto merece ser atendido, si nuestra alegría es bienvenida o si necesitamos ser “algo” para merecer amor. Este período no solo moldea nuestra seguridad y confianza básicas, sino que también determina cómo nos relacionaremos con nosotras mismas durante toda la vida.
Esta clase es un viaje de regreso a ese inicio. No para juzgar el pasado, sino para mirarlo con compasión, reconocer su impacto y comenzar a construir desde ahí un nuevo sentido de valía.
🌟 Afirmaciones Semilla
Léelas en voz alta cada día durante una semana:
“Soy digna de amor simplemente por ser.”
“Mi valor no depende de lo que hago, sino de lo que soy.”
“Me abrazo con ternura en cada parte de mi historia.”
“La niña que fui y la mujer que soy merecen cuidado y respeto.”