
Priorizar una alimentación saludable comienza con hábitos simples pero efectivos, especialmente a primera hora de la mañana. Los estudios demuestran que un desayuno equilibrado marca el tono del día, estabiliza la energía y reduce los antojos más tarde. Al incorporar cereales integrales, frutas y alimentos ricos en proteínas, puede ayudar a estimular el metabolismo y mejorar la salud cardíaca.