
A través de los sentidos captamos estímulos y los transformamos en vivencias. Esas vivencias adquieren valor simbólico, asociando una experiencia agradable, a un perfume sugestivo. El color de un objeto con la luminosidad que lo provocó, o el tamaño de las cosas con la distancia y el tiempo que llevan guardadas en nuestro recuerdo.
Las sensaciones, producen esos estímulos externos que sirven de materia prima a un trabajo interior, que se traducen en la representación visible de una idea, que solo es interpretada por quienes están dispuestos a ver más allá de lo aparente…, algo que solo se puede lograr, cuando estamos dispuestos a abrir nuestros sentidos, y sentir la Antártida.