
Esta semana Dodekachordon se viste con sus mejores galas para homenajear en su cumpleaños 99, a una de las más eminentes y reconocidas artistas del siglo XX, y pionera en la difusión de la ópera barroca: la soprano australiana, Joan Sutherland.
En 1952 realiza su debut europeo cantando en el Royal College of Music británico la Giorgetta de Il Tabarro de Puccini, y más tarde, debuta en la Royal Opera House Covent Garden, en el papel de primera dama en La flauta mágica de Mozart. Esa interpretación es un éxito, y en seguida es contratada para realizar más papeles como el de Amelia en Un ballo in maschera, la sacerdotisa de Aída de Verdi, e incluso canta la Clotilde de Norma junto a María Callas en el papel principal.
El punto de inflexión de su carrera, se encuentra la Lucia di Lammermoor, que canta en febrero de 1959 en Londres en una producción de Franco Zeffirelli y bajo la batuta de Tullio Serafin. El enorme éxito de la representación, la convierte en una diva de la noche a la mañana, siendo esa Lucia su papel más demandado en treinta años, cantándolo por última vez, en 1988 en Barcelona, junto a Alfredo Kraus.
A lo largo de su carrera fue dirigida por grandes batutas de gran talla. Poseía una voz que combinaba agilidad, entonación precisa, staccatos seguros y un trino y registro superior fuerte, aunque los críticos musicales se quejaron muchas veces de su mala dicción.
Sutherland fue la primera australiana en ganar un premio Grammy, en 1961 a la Mejor Interpretación Clásica – Solista Vocal (con o sin orquesta). Era conocida como La Stupenda y es ampliamente considerada como una de las mejores sopranos de todos los tiempos.
Quedemos seducidos con la voz inmortal de la gran Joan Sutherland.