
El duelo de una mujer abandonada y sola es un proceso profundo y doloroso. No se trata solo de la pérdida de una persona, sino también de la pérdida de un proyecto de vida, de una ilusión, de una compañía que tal vez ocupaba un lugar esencial en su día a día. Aquí tienes una reflexión que intenta capturar esa experiencia desde un lugar íntimo y humano: