
En nuestro viaje por la vida, además de los obstáculos y dificultades que debemos afrontar, de vez en cuando tenemos experiencias muy agradables o surgen relaciones que ayudan a sentir el placer de vivir y de amar. Forman parte del viaje del héroe y refuerzan la confianza en la vida. Pero llega un momento en que debemos dejarlas atrás para continuar hasta la realización de nuestro propósito, como Eneas en el mito.
Eneas, un héroe en la guerra de Troya que, tras la derrota, siguió su propósito de fundar una nueva ciudad para los supervivientes de Troya. Pero el destino le llevó hasta Cartago, donde conoció a Dido, una princesa fenicia con quien estableció una intensa relación, pero tuvo que renunciar a ella y a su amor para fundar Roma.
Eneas encarna el deber y la responsabilidad hacia su pueblo y su destino, mientras que Dido representa el amor y la pasión. La historia refleja el conflicto entre seguir el deber y cumplir con el destino, o seguir los deseos del corazón. Además, la tragedia de Dido revela las consecuencias del abandono y la pérdida afectiva, mostrando el dolor y la desesperación que pueden surgir cuando se enfrenta una ruptura amorosa.
Esta historia refleja el mito del héroe, donde supera pruebas y tentaciones en su camino hacia la realización de su propósito.