
Con el verano, suben las temperaturas, cambiamos rutinas… y de repente, ese bebé que comía tan bien ya no quiere ni sentarse en la trona. ¿Te suena? Pues tranquila, porque hoy vamos a hablar de por qué ocurre, cuándo debemos preocuparnos de verdad, y cómo podemos ayudarles de forma respetuosa y sin agobios.
Ponte cómoda, coge algo fresquito… ¡y vamos a ello!