
Platicamos de una virtud valiosa que hemos perdido, o peor aún, muy poco hemos practicado, me refiero a pedir disculpas.
¿Cuántas veces nos hubiéramos evitado de más problemas si hubiéramos pedido disculpas inmediatamente después de equivocarnos?
Pérdida de autoestima, sentimiento de sublevación, vergüenza y orgullo son algunos de los sentimientos que nos impiden pedir disculpas.