
En este episodio conversamos con Juan Miguel Posada, un bailarín colombiano que convirtió una intuición infantil en una carrera internacional. Su historia empieza en un entorno donde el arte no siempre tenía espacio, pero donde él insistía en crear, moverse y expresarse, incluso cuando no encajaba del todo. El baile se convirtió en su refugio y, con el tiempo, en la puerta que lo llevaría a otros mundos.Juanmi es el ejemplo de que empezar “tarde” no significa empezar mal. Su disciplina lo llevó a formarse con entrenadores que marcaron su camino, a tomar decisiones arriesgadas y a trasladar su vida al lugar donde realmente podía crecer. En Estados Unidos descubrió un universo de posibilidades: entrenamientos exigentes, coreógrafos legendarios y una industria que premia la constancia, la preparación y la actitud correcta.De ahí en adelante, su carrera se volvió una mezcla de oportunidades inesperadas y momentos que lo desafiaron a estar listo: grandes escenarios, artistas globales, audiciones que te ponen a prueba y producciones que exigen precisión absoluta. Cada proyecto le enseñó algo diferente sobre profesionalismo, reputación, colaboración y resiliencia.Hoy, además de seguir bailando para algunos de los nombres más importantes del entretenimiento, Juanmi está comprometido con impulsar el talento colombiano y crear rutas reales para quienes sueñan con vivir del arte. Su visión es clara: la danza sí puede ser un trabajo, una carrera y un futuro, siempre que se aborde con la preparación y la mentalidad adecuada.Un episodio para entender la industria desde adentro y para inspirarse a perseguir lo que uno realmente quiere hacer con su vida.