Las posibilidades de que algo semejante a Furia se gestara en Cascante eran escasas, pero ocurrió. Entre viñedos, montañas y vida tranquila, un torbellino de rabia y feminismo estaba a punto de explotar. Furia es tan de allí como de todos los sitios donde ha vivido. Tan folklórica como moderna, tan del futuro como del pasado, tan de Cascante como de todos los lugares. Y eso es lo que hace única a Furia: que no es solo una cosa, sino muchas a la vez. Pensé que me iba a encontrar una rapera con discurso feminista y fue al revés: encontré a una feminista que utiliza el rap como podría haber utilizado el punk –o cualquier otro estilo– para amplificar su descontento y sus esperanzas. La fuerza de Furia no se mide en barras.

Fue la primera vez que hablé con ella, pero sé que nuestros caminos volverán a cruzarse, quizás en un plano mucho menos virtual. Este tipo de entrevistas hacen que el esfuerzo por sacar adelante España Underground esté justificado.

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