
Hay una creencia muy instalada: que la valentía llega sola, que un día nos invade la seguridad y recién ahí nos animamos.
Pero no es así. La valentía nunca viene sola.
Viene con miedo, con dudas…
y también con el deseo profundo de hacer algo distinto.
En este episodio te invito a mirar tus propios momentos de valentía, a recordar esas veces en las que avanzaste igual, aunque nada estuviera del todo claro.