
Antes de los villancicos, los intercambios incómodos de regalos y la falsa paz familiar, existió Saturnalia: una fiesta romana donde el orden social se suspendía, los esclavos mandaban, los amos obedecían, se bebía sin culpa y el caos era no solo permitido… sino celebrado.
En este episodio viajamos a la Roma antigua para entender cómo una celebración pagana dedicada al dios Saturno —con banquetes, regalos, luces y excesos— fue demasiado popular para desaparecer. Así que el cristianismo hizo lo que mejor sabía hacer: rebranding histórico.
Saturno salió del escenario, entró Cristo, pero la fiesta… la fiesta se quedó.
Entre anécdotas de Séneca, inversiones de poder cuidadosamente controladas y decisiones políticas disfrazadas de fe, exploramos cómo Saturnalia no murió: se domesticó.
Y cómo, sin darnos cuenta, seguimos celebrando una versión refinada de aquel caos antiguo cada diciembre.
Porque tal vez la Navidad no se trata solo de fe o tradición…
sino de nuestra eterna necesidad humana de romper las reglas,
aunque sea una vez al año,
con luces bonitas y buena excusa moral.
❓La pregunta queda abierta:
si hoy existiera una Saturnalia moderna,
¿qué reglas romperías tú… aunque fuera solo por un día?