
El estilo del nuevo gobierno resultó muy diferente al del anterior. Esto se debió, en buena medida, a que las personalidades de los dos generales que los encabezaron en poco se parecían: Ríos Montt era histriónico y directo, despreocupado a veces por las formas, personalista y sin duda convencido de que podía cumplir la misión de salvar a Guatemala de los muchos males que la aquejaban; Mejía Víctores, por el contrario, era un hombre sin ambiciones personales, que no deseaba aparecer en público, sereno, callado y poco carismático.