Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez un reino donde la más pequeña de las ofensas era castigada duramente. Aquel día el sol del mediodía caía a plomo sobre la ciudad, convirtiendo los adoquines en una parrilla ardiente que hacia aún más caliente el esfuerzo de caminar. Y sobre ella iba a caminar un recluso. Al recluso, demacrado por meses de oscuridad en el calabozo, la luz le hería l...
All content for Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda is the property of Juan David Betancur Fernandez and is served directly from their servers
with no modification, redirects, or rehosting. The podcast is not affiliated with or endorsed by Podjoint in any way.
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez un reino donde la más pequeña de las ofensas era castigada duramente. Aquel día el sol del mediodía caía a plomo sobre la ciudad, convirtiendo los adoquines en una parrilla ardiente que hacia aún más caliente el esfuerzo de caminar. Y sobre ella iba a caminar un recluso. Al recluso, demacrado por meses de oscuridad en el calabozo, la luz le hería l...
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez un sabio Rabí que vivía en una ciudad de piedra dorada por el sol del mediterraneo, donde las sinagogas cantaban al amanecer y los muros guardaban siglos de plegarias, Este rabi llamado Eliezer era ya casi centenario. y todos lo conocían por su devoción incansable al estudio de la Ley de dios y por algo extraño. Nunca sonreía. No había día ni noche para él....
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez un reino donde la más pequeña de las ofensas era castigada duramente. Aquel día el sol del mediodía caía a plomo sobre la ciudad, convirtiendo los adoquines en una parrilla ardiente que hacia aún más caliente el esfuerzo de caminar. Y sobre ella iba a caminar un recluso. Al recluso, demacrado por meses de oscuridad en el calabozo, la luz le hería l...