Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez un reino donde la más pequeña de las ofensas era castigada duramente. Aquel día el sol del mediodía caía a plomo sobre la ciudad, convirtiendo los adoquines en una parrilla ardiente que hacia aún más caliente el esfuerzo de caminar. Y sobre ella iba a caminar un recluso. Al recluso, demacrado por meses de oscuridad en el calabozo, la luz le hería l...
All content for Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda is the property of Juan David Betancur Fernandez and is served directly from their servers
with no modification, redirects, or rehosting. The podcast is not affiliated with or endorsed by Podjoint in any way.
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez un reino donde la más pequeña de las ofensas era castigada duramente. Aquel día el sol del mediodía caía a plomo sobre la ciudad, convirtiendo los adoquines en una parrilla ardiente que hacia aún más caliente el esfuerzo de caminar. Y sobre ella iba a caminar un recluso. Al recluso, demacrado por meses de oscuridad en el calabozo, la luz le hería l...
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez en En el principio de las eras una divinidad que vivía en la inmensidad del silencio en esos tiempos .era luz, era conciencia, pero también sentía el peso de una soledad infinita. No había voces que le respondieran, ni miradas que compartieran su eternidad. Entonces, movido por un deseo puro de compañía, decidió crear seres que pudieran reflejar su ese...
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento. Juan David Betancur Fernandez elnarradororal@gmail.com Había una vez un reino donde la más pequeña de las ofensas era castigada duramente. Aquel día el sol del mediodía caía a plomo sobre la ciudad, convirtiendo los adoquines en una parrilla ardiente que hacia aún más caliente el esfuerzo de caminar. Y sobre ella iba a caminar un recluso. Al recluso, demacrado por meses de oscuridad en el calabozo, la luz le hería l...