En 1996, junto con mi familia, identificamos la necesidad de medicamentos naturales. Gracias a la experiencia de mi padre (que es médico) obtuvimos el contacto de dos laboratorios alemanes que tenían productos de alta calidad y así empezamos la importación, representación y venta de los productos alemanes.  Con una excelente acogida trabajamos con charlas, cursos, congresos y visita para los médicos que trabajaban con productos naturales, ya que nuestro enfoque fue hacia los profesionales de la salud para que receten a sus pacientes nuestros productos. Entonces llegó la conocida crisis financiera en 1999, y aunque a nosotros como empresa no nos pegó tan duro inmediatamente, se vieron afectados los precios de nuestros productos por el cambio al dólar, luego por los aranceles aduaneros y finalmente por el cambio en Alemania al euro. Entonces para el 2003 teníamos productos caros de importar, trámites de importación caros y lentos y las deudas se acumulaban. Los miembros de mi familia, socios de la empresa, decidieron cerrarla y liquidar todo. Pero yo siendo joven y con mi espíritu emprendedor todavía intacto, decidí apostar por ver la manera de producir localmente los medicamentos. Es así como en el 2004 tomo las riendas de la empresa en solitario y sacamos adelante productos hechos en Ecuador. Ahora tenemos 3 farmacias propias, distribuidores en todo el Ecuador, distribuidores en Perú y Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y USA.