Como adictos sexuales que hemos encontrado una solución, ofrecemos un mensaje de esperanza a todo el que sufre de la adicción sexual. Este folleto es una invitación a la recuperación para aquel que crea que puede estar experimentando el mismo problema que nosotros hemos enfrentado.
EL PROBLEMA
La adicción sexual fue progresiva para la mayoría de nosotros. Debido a esto, sus consecuencias por lo general se hicieron más severas con el tiempo. Experimentamos la obsesión, que es una preocupación mental acompañada de comportamientos o fantasías sexuales. Experimentamos la compulsión, que es un deseo más fuerte de lo que puede resistir nuestra voluntad. Ambas eran destructivas, ya que nos condujeron a la conducta sexual adictiva. Nos referimos a estos comportamientos como “actuar”.
[Parafraseado de Adictos Sexuales Anónimos, página 3]
Mientras vivíamos en la adicción, nuestra preocupación por el sexo y la fantasía sexual se convirtieron más importantes que los amigos, la familia y nuestra profesión. Las obsesiones relacionadas con el sexo llenaron nuestras mentes y distorsionaron nuestro pensamiento. El sexo se convirtió en nuestra forma de obtener alivio de los sentimientos negativos y evitar la responsabilidad. Repetimos comportamientos sexuales a pesar de que a menudo éramos conscientes del riesgo potencial para los demás y para nosotros mismos. La mayor parte de nuestro tiempo se nos iba en “actuar” o tratando de manejar las crisis y los problemas resultantes. Muchos de nosotros fuimos en contra de nuestros propios valores morales, porque el sexo se convirtió en una fuerza abrumadora en nuestras vidas. Creamos mentiras para ocultar nuestro comportamiento. Nos encontramos aislados y solos, a menudo dominados por el miedo y la desesperación.
[Parafraseado de Adictos Sexuales Anónimos, página 4]
Sin importar cuán sinceramente deseábamos detener la preocupación con respecto al sexo y los comportamientos sexuales destructivos, descubrimos que éramos impotentes de cambiar. Tal vez otras personas se han involucrado en este tipo de comportamientos sin efectos dañinos, pero nosotros no. Nuestra fuerza de voluntad falló una y otra vez. No podíamos dejar de actuar sexualmente, incluso cuando enfrentábamos consecuencias negativas o desastrosas. Llegamos a darnos cuenta de que éramos impotentes de cambiar por nosotros mismos.