
Cuando el pueblo de Dios responde a Su gracia, la obediencia se convierte en adoración. En la construcción del Tabernáculo, lo primero que Dios buscaba edificar no era una estructura, sino una relación profunda con Su pueblo.Dios nos ha dado dones y talentos únicos para que los usemos para Su gloria y no para la nuestra. Pero, más allá de la habilidad, lo que el Señor busca es un corazón disponible que le adore en cada momento.