
El mensaje es una predicación motivadora que llama a los creyentes a permanecer firmes en la fe y en el servicio a Dios, recordando que no servimos a un Cristo muerto, sino a un Cristo vivo y resucitado. El predicador inicia mostrando cómo la gracia de Dios transformó la vida de Pablo, quien pasó de perseguidor a apóstol, y comparte un testimonio personal de cómo el poder del Evangelio cambió la vida de una familia en San Luis Potosí. Luego exhorta a seguir predicando porque millones viven sin Cristo y enfrentan la condenación eterna. Con pasión, anima a la iglesia a ser como los leprosos que compartieron las buenas nuevas en tiempos de hambre: no quedarse callados cuando el mundo necesita salvación. También recuerda la esperanza gloriosa del regreso de Cristo, cuando los creyentes serán transformados y estarán con el Señor para siempre. Finalmente, enfatiza que nuestro trabajo en el Señor no es en vano, animando a los creyentes a perseverar con fe, sabiendo que Dios recompensa todo esfuerzo hecho para Su gloria.