
El mensaje reflexiona sobre la historia de Marta y María, mostrando cómo Marta se preocupaba por servir y atender los detalles, mientras María escogió sentarse a los pies de Jesús y escuchar Su palabra. Se advierte que muchos creyentes hoy viven como Marta: afanados, ocupados y distraídos por las responsabilidades, las redes sociales y las demandas del mundo moderno, olvidando lo más importante: la comunión con Cristo.
El predicador llama a los oyentes a detenerse, escuchar a Dios y priorizar la relación personal con Él por encima de la actividad constante. Servir es bueno, pero servir sin devoción conduce al agotamiento espiritual.
Así como María escogió “la buena parte”, nosotros también debemos elegir la intimidad con Cristo antes que la actividad para Cristo.