Muchos de vosotros tendréis un negocio local que os gustaría mejorar. Una pequeña tienda de ropa, un bar, una tienda de reparaciones de lo que sea...
La reparadora de bolsos
Ahora déjame que te cuente una algo que me ha ocurrido hoy mismo. Estaba caminando por Madrid y he encontrado un pequeño escaparate de una tienda de reparación de bolsos. Si te fijas es unas especialización enorme. Se podría dedicar a reparar cualquier cosa hecha con cuero. Y seguramente lo haga. Pero se anuncia como reparación de bolsos.
Y lo que más me ha llamado la atención es que en el pequeño escaparate no tenía bolsos bonitos y bien expuestos, herramientas antiguas de decoración o cualquier cosa para hacer bonito. Tenía reparaciones terminadas. Bolsos de todo tipo con una pequeña cartulina sujeta en la parte de superior en la que ponía “reparado”.
Como soy un salsero y un culo inquieto he entrado y le preguntado a ver si esos bolsos que estaban terminados eran reparaciones reales. Y la señora, después de mirarme con cara de extrañada, me ha respondido que sí. Que lleva muchos años llenando el escaparate con reparaciones terminadas.
La siguiente pregunta ha sido si también publicaba esos trabajos en internet. Y la fascinante respuesta ha sido que sí, pero que no lo hace ella. Su hija, muy habitual a usar Instagram, le dijo que le mandara una foto de cada una de las reparaciones. Abrió una cuenta en nombre de la tienda de su madre y realiza una publicación con cada una de las reparaciones. Te puedes imaginar que la siguiente pregunta ha sido si eso le ha dado buenos resultados o no. La cara de la señora se ha iluminado y me ha dicho que sí. Que lleva poco más de un año haciéndolo y que ha vuelto a tener reparaciones como hacía años.
He estado cinco minutos más hablando con ella sobre esta estrategia. Pero lo gracioso ha sido que la madre me ha dicho que su hija no ha inventado nada nuevo. Que eso de exponer sus reparaciones hechas ya lo hacía ella prácticamente desde que abrió su negocio.
Está casi todo inventado
La conclusión que saco de esta historia es clara. Está casi todo inventado en cuanto a marketing se refiere. Pero se nos ha olvidado y las antiguas estrategias de marketing las podemos y debemos aplicar al mundo online para abrir nuestro negocio al mundo.
La competencia cada vez es mayor y los pequeños negocios se ven cada vez más impedidos para llegar al público que tenían antes o a nuevo público. Y muchos de esos negocios han dado por hecho que el mundo online no les podría ayudar en esa batalla. Pero eso no es así. Puede ayudar y mucho.
Como en el caso de esta señora de reparación de bolsos, la mayoría de los negocios pueden cumplir con unos mínimos que les permitan llegar a nuevos clientes.
En un podcast anterior hablábamos de que una web era la base de operaciones. Y la estrategia bien podría comenzar por realizar una web sencilla, rápida y simple que reúna la mínima información necesaria para presentarnos al público online. Después de eso, lo siguiente sería abrir
los perfiles básicos en redes sociales. Pero ojo con esto. Es mejor tomarse el tiempo necesario para saber cómo hacerlo.
Si tus servicios, por ejemplo, se dirigen a otros profesionales u otras empresas, el perfil más adecuado debería ser LinkedIn. Si nos dirigimos a un público mucho más general y amplio lo suyo sería abrir los perfiles en
Facebook e
Instagram.