
Hoy estaremos leyendo Ezequiel 5-6, Hebreos 11:1-13 y Proverbios 14:11-20. En Ezequiel 5, Dios le muestra al profeta el juicio que vendrá sobre Jerusalén a causa de su idolatría y rebelión. Le ordena tomar una espada, raparse la cabeza y dividir el cabello en tres partes: una la quemará, otra la golpeará con la espada y otra la esparcirá al viento. Cada porción representa una parte del pueblo que será destruida o dispersada. Es una imagen impactante del dolor que produce alejarse de Dios. El Señor le dice: “He puesto a Jerusalén en medio de las naciones... pero se ha rebelado contra mis decretos más que las naciones que la rodean.” En Ezequiel 6, Dios anuncia juicio sobre los montes y los ídolos de Israel. Todos los altares paganos serán destruidos, pero también promete que un pequeño remanente se librará y reconocerá que Él es el Señor.Incluso en medio de la disciplina, Dios deja una puerta abierta a la restauración. Su propósito nunca es destruir, sino corregir y traer de vuelta el corazón de su pueblo. Reflexiona: ¿Qué áreas de tu vida Dios está tratando de corregir para acercarte más a Él? ¿Estás escuchando Su voz antes de que las consecuencias hablen más fuerte?
En Hebreos 11:1–13 encontramos una de las descripciones más hermosas de la fe. “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Este capítulo recorre la historia de hombres y mujeres que creyeron a Dios aun sin ver el cumplimiento inmediato de sus promesas. Por la fe, Abel ofreció un sacrificio mejor que el de Caín; Enoc caminó con Dios y fue llevado sin ver la muerte; Noé construyó el arca sin haber visto la lluvia; Abraham obedeció, salió sin saber adónde iba, y esperó una ciudad cuyo arquitecto es Dios. Todos ellos murieron creyendo, sin recibir lo prometido, pero mirando de lejos lo que Dios haría.La fe verdadera no depende de las circunstancias visibles, sino de la fidelidad de Aquel que promete. Es una confianza constante en que Dios cumplirá, aunque el cumplimiento tome tiempo. Reflexiona: ¿Estás creyendo en lo que Dios dijo, aunque aún no lo veas? ¿Tu fe depende de los resultados o de la relación que tienes con Él?
En Proverbios 14:11–20, la sabiduría contrasta los destinos del justo y del malvado. “La casa de los malvados será destruida, pero la tienda de los justos florecerá.” Lo que parece sólido puede desmoronarse si no tiene fundamento en la verdad, y lo que parece pequeño puede prosperar si está bajo la bendición de Dios. El pasaje también advierte: “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte.” No todo lo que parece bueno lo es; la verdadera sabiduría busca la dirección del Señor antes de actuar. Además, nos enseña que el corazón tranquilo sabe reír, pero el amargado encuentra dolor en todo. La actitud del corazón determina cómo vivimos y cómo influimos en los demás.