
Aunque el bosque se llama Aokigahara (青木ヶ原), también se conoce como Aokigahara Jukai (樹海), o "Mar de Árboles" en japonés. Sin embargo, es posible que esos nombres no salgan de la lengua con tanta facilidad para la gente de fuera de Japón.
En el mundo anglosajón, la frase "bosque de los suicidas" simplifica el lugar, conceptualmente. Además, atribuye un estigma inmediato a Aokigahara, que puede mitigarse fácilmente utilizando el apodo más poético de "Mar de Árboles". Este nombre capta mejor toda la grandeza de cómo este bosque barrido por el viento aparece desde la montaña con sus copas onduladas como olas.
Como cuentan los visitantes, hay un ambiente casi sobrenatural en el bosque Aokigahara. Su fauna y flora contribuyen al efecto de extrañamiento que experimentan sus visitantes. Apenas hay ruidos en él, debido, sobre todo, a la escasez de animales. Además, la vegetación es tan tupida que impide que el viento sople, lo que contribuye a una peculiar sensación de quietud.
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