
¿Has escuchado esa frase "Nadie aprende en zapatos ajenos"?
En este corre corre diario, tomar una pausa para dejar de compararnos, para reconocer y abrazar nuestro proceso puede ser el mejor regalo que nos demos para bajar las revoluciones y de esta manera ayudarnos de forma amorosa a cumplir nuestras metas.
En estos monólogos cotidianos ¿Quien quieres ser, salvador o verdugo?