
Un hombre inocente es destruido por un escándalo falso. Su nombre, su trabajo y su fe tambalean. Pero Dios no ignora su sufrimiento. A través del versículo de 1 Pedro 5:10, descubre que el dolor no es el final, sino el lugar desde donde Dios misma reconstruye y fortalece. Una historia sobre restauración, verdad y gracia.
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