
Nico es de esos soñadores que luchan por dedicar su vida a lo que realmente aman. Pero a veces luchar incansablemente no basta y tuvo que irse a Holanda viendo cómo su oportunidad se esfumaba. Faltaban horas para firmar su contrato de trabajo cuando una llamada de Jordi Xammar, su actual compañero, lo cambió todo. Nico tenía una última oportunidad y no iba a dejarla escapar. Volvió a luchar, volvió a soñar y ahora va a los JJOO de Tokio dispuesto a volver con el oro al cuello.