
Viendo lo fuerte que está no es de extrañar que su comida favorita sean las lentejas, pero lo más curioso es que, a pesar de ser un grandullón, sus primeras pretemporadas como lanzador de martillo las hacía a base de kilómetros y kilómetros, y además a buen ritmo. Hoy, después de convertirse en récord del mundo junior y 10 veces campeón de España, Javi se encuentra en el mejor momento de su carrera, luchando cada día para conseguir sus metas a través de la política y convertirse en el mejor lanzador del planeta en el próximo campeonato. No ha sido fácil, pero aquella promesa del martillo ya es una auténtica estrella.