
En este episodio reflexionamos sobre cómo la vida solo puede percibirse plenamente a través de sus contrastes. Los días lentos, tristes o sin energía son tan necesarios como los días de movidos, alegres y rápidos.
En este capítulo exploramos cómo reconocer esta dualidad nos ayuda a disfrutar nuestros días y comprender que las ganas, el amor y la felicidad se sostienen gracias a los momentos en los que parecía que nada pasaba.