
Este año es el año de desarrollar la mentalidad de no esperar nada a cambio, nada más que el buen tiempo. Aprender a tener CERO expectativas de los demás. No tener expectativas para que así nada me decepcione. Porque mira que la decepción me duele y mucho. Cuando me invade la decepción es como knockout. Todo se nubla y me pierdo. Y ya estuve así 5 años… Ya es hora de solo disfrutar el momento. Fluir con la vida. Enfocarme en lo bueno…en lo rico… hasta que la vida decida qué o quién no es de joda, sino que está puesto pa’ mi…Tal vez me puedas decir… uhh Alexandra Liz la madura, la superada. Tal vez sí, tal vez no… lo que sí te puedo decir es que soy la despreocupada, la relajada, la liberada de las expectativas de los demás… Porque hablando claro la mayoría de las personas…especialmente esas a las que veo ocasionalmente… no tienen la más puta idea de lo que quieren y de lo que hacen porque tengo que hacerles caso. Con esas personas yo picheo.
Estoy celando mi energía, mi interior a tal punto que si aparecen nuevamente los limones de la vida para amargarme la existencia también les picheo…No todo lo que me pasa en en esta vida necesita mi reacción. La neta…debo aprender a no hacer un carajo cuando todo sale de mi control. Solo fluyo con lo que hay y mientras me hago cargo de mis emociones para así mantener mi paz mental. Es llegar a tu estado ZEN. Tener suficiente armonía interna como para tener la valentía de decir… O me quieres o me dejas pero en limbo nunca más. En la manipulación nunca más. En la victimización nunca más. En el engaño nunca más. Esta manera de pensar que he optado para este nuevo año es porque en mi exploración de la vida que yo quiero estoy descubriendo que la plenitud puede ser rediseñada en cualquier momento y yo tengo el poder de elegir cómo. Así que para este nuevo año elijo que las cosas me importen un carajo y sigo el flow. Es decir; hacer más, hacer menos. Decir sí, decir no. Arreglar esto, romper lo otro. Cambiar lo que haya que cambiar hasta que mi vida se sienta completamente mía.