
Cuando el destino nos alcanza y se acaban los sueños bellos para enfrentarnos con la cruda y amarga realidad, es cuando nos damos cuenta de que estamos hechos.
Muchos se derrumban a medio camino, pierden la batalla antes de haberla comenzado, otros se resignan a la suerte que les toco y la sobrellevan con conformismo.
Pero muchos otros, se esfuerzan, luchan, pelean, enfrentan y se deciden a cambiar las cartas que les toco en suerte, no importa que las circunstancias sean adversas, no importa que todo indique que no van a poder ganar, no importa nada, sólo seguir luchando para salir adelante…