
Los sueños y la realidad parecían convivir en el verano del 69' en la mayoría de la juventud que por primera vez tenía el poder y la voluntad de cambiar el mundo para bien. Los ídolos de la contracultura se concentrarían en varios festivales al rededor del mundo para llevar la antorcha de la exploración y el amor libre y hacer arder el mundo viejo para crear uno nuevo.