
Hay momentos en la vida en los que todo se detiene. Para mí, fue el día en que supe que tenía una mutación genética que me ponía en alto riesgo de cáncer de mama. No fue una decisión fácil, pero elegí la prevención: una mastectomía doble. Lo que no sabía es que esta decisión, que parecía una medida de control, me llevaría a un proceso donde perdería todo control.