En ocasiones la gratitud no se pronuncia con palabras…Se susurra entre lágrimas.Se escribe en los silencios.Y se siente en el pecho cuando, por fin, entendemos que no todo lo que dolió fue castigo, sino camino. Hoy quiero hablarte de esa gratitud que no se ve —la que no aparece en fotos, ni se brinda en una mesa. La que nace cuando sobrevives a algo que te rompió,y descubres que sigues aquí… más consciente, más fuerte, más tú. Porque sí, también se agradece lo que dolió,lo que te sacó del rumbo,lo que te obligó a mirar dentro y a reconstruirte desde el alma. Este no es un episodio para decir “gracias” desde la comodidad. Es un episodio para honrar la transformación, para reconocer la fortaleza que habita en ti y para recordar que hasta lo que un día te rompió, también te sostuvo. “También se agradece lo que rompió, porque te reconstruyó más fuerte.” – Ivelisse López