
Meditación creada en el grupo de acompañamiento en el duelo.
Meditación para encontrarnos con la paz de la presencia a través de respirarnos la emoción, el sentimiento o la sensación.
Ante fechas difíciles o momentos a los que nos anticipamos, ante la preocupación o los recuerdos que se mezclan con el dolor por el apego al cuerpo y por una comprensión limitada aún.
Esta meditación puede ayudarnos a sostenernos, a acompañarnos ante la intensidad emocional. Puede ayudarnos a saber sentir los sentimientos y las sensaciones físicas sin temerlos.
Una meditación para comprobar que dándole presencia a lo que esté surgiendo en nosotros, aparece la seguridad, la paz y el sostén que existe y está siempre que uno vaya a la presencia.
Premisa: Seamos conscientes de la respiración a la vez que conscientes del sentimiento, de la sensación o del pensamiento. Eso es respirarnos lo que haya, eso es un darle luz a la oscuridad, eso es dejar que el Amor nos acompañe.