
En Brasil existen dos pequeñas empresas, también conocidas como startups que han innovado en la forma de atender a problemas climáticos y ambientales.
Esta es solo una muestra de un universo que cada vez se expande más: el de pequeños negocios que le apuestan a reducir los impactos de la crisis climática.
¿Qué hace falta para consolidar este mercado? ¿Estas iniciativas existentes nos permiten pensar en un futuro con industrias más limpias?