
Los hombres.
Los hombres y nuestro tan falso e inquebrantable muro emocional que nos impide sentir, conectar con nosotros mismos, validar nuestras emociones y mostrarlas.
Nos han dicho que tenemos que ser fuertes y competitivos.
Nos han dicho que debemos ser el sostén de la familia, un roble firme en un bosque lleno de oportunidades y que debemos conquistarlo todo, sin dudar, sin tener miedo, ¡porque somos fuertes guerreros luchadores!... Nada más alejado de la verdad.
Los hombres, como seres humanos que somos, sentimos.
Tenemos miedo y dudas. Dudamos de nosotros mismos como parte de esas dudas.
Nos sentimos presionados por el peso social de lo que se espera de nosotros. Nos frustramos, nos sentimos impotentes y también nos comparamos. Y sí, a veces también lloramos. Yo siempre pensé que eso era malo, pero es que nadie me dijo que los hombres también podemos llorar.