
El astronauta Jack Harrison abrió los ojos lentamente, sintiendo una extraña mezcla de confusión y maravilla. Estaba acostado en una cama suave, rodeado por una luz cálida y agradable. El último recuerdo que tenía era del impacto de su nave al cruzar la atmósfera de un planeta desconocido en una lejana galaxia.