
En este episodio te cuento la verdad de lo que significó para mí abrir una empresa en otro país, lo que significó abrir NAYA en México. Llegué con un plan “perfecto”, todo calculado… y en la primera semana todo se me vino abajo: la inversión se triplicó, el dinero no alcanzaba y yo pasaba noches llorando en silencio, tenia un dilema diario entre empezar a vender o esperar a que la fábrica estuviera lista. Los primeros seis meses de esta experiencia fueron, sin duda, los más duros de mi vida. Este episodio es mi confesión sin filtros: expandirse no es glamour: duele.
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