
Hay momentos en los que la vida se siente como un juego donde todos están avanzando casillas… casándose, teniendo hijos, comprando casas… y uno apenas aprendiendo a sostenerse solo.
A veces, crecer se siente como aprender a montar en bus y te pasa lo clásico de subirte al que no es y por pena disimular que conoces la ruta aunque no veas la hora de bajarte, y otras veces, crecer llega de golpe, como cuando alguien se baja del bus demasiado pronto
Hoy se subió al bus Camila y se sentó al lado. Con ella hablamos sobre aceptar las etapas, sobre las comparaciones que duelen, y la independencia que nace cuando perdemos a alguien… y nos toca reinventarnos.