
Jn 6, 51-58 “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él... El que come de este pan vivirá para siempre”.
Celebramos la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, agradeciendo al Señor con toda nuestra vida su Amor que llega al extremo de quedarse para siempre con nosotros en la forma de pan y vino.
Hacemos actos de Fe, esperanza y caridad. Señor creo firmemente que en la Eucaristía estás realmente presente con tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.