
Es su trabajo proteger la unidad de su iglesia.
La unidad de la iglesia es tan importante que el Nuevo Testamento le pone más énfasis a esto que al cielo o al infierno. Dios desea profundamente que experimentemos unidad y armonía unos con otros. La unidad es el alma de la comunión. Si la destruye, le arranca el corazón al Cuerpo de Cristo. Es la esencia, el centro de cómo Dios quiere que experimentemos la vida juntos en su iglesia. El modelo supremo de la unidad para nosotros es la Trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están completamente unificados como uno. Dios es el ejemplo supremo del amor que se sacrifica, de la concentración humilde en otros y de la armonía perfecta.
Al igual que todo padre de familia, nuestro Padre celestial se deleita en ver que sus hijos se llevan bien entre sí. En los momentos finales antes de su arresto, Jesús oró apasionadamente por nuestra unidad. 1 Nuestra unidad era lo que más ocupaba su mente durante esas horas de agonía. Eso demuestra qué tan importante es este tema.