
Dios se merece lo mejor de usted.
El lo moldeó para un propósito, y la expectación de El es que le saque lo máximo a lo que le ha dado. El no quiere que se preocupe por las habilidades que no tiene o que las codicie. Más bien El quiere que se concentre en los talentos que le ha dado para que los use.
Cuando atenta servir a Dios en maneras que no ha sido moldeado para servir, es como tratar de meter a fuerzas un peldaño cuadrado en un hoyo redondo. Es frustrante y produce resultados limitados. También desperdicia su tiempo, su talento y su energía. El mejor uso de su vida es servir a Dios con su molde. Para hacer esto tiene que descubrir su molde, aprender a aceptarlo y disfrutarlo, y luego desarrollarlo a su máximo potencial.